lunes, 23 de agosto de 2010

Porque hace tiempo que no acabo ninguna entrada: " La supremacía de la palabra de Galileo Galiciano".

 Algunas ideas que vagan por mi mente quedan reflejadas en este blog, otras muchas no, hoy, quiero agradecer a Galileo Galiciano que, sin rostro conocido, me muestre  la belleza que posee a través de  un común comentario de un blog   mediante el uso de una metáfora. Es de una fuerza poética tal que bien merece ser considerado arte, y,  como ese fue el motor que dió impulso y propició el nacimiento de este blog os lo transcribo:

Para Manoli13
Los pequeños y grandes ríos se hacen caudalosos no solo con la contribución de las nieves fundidas y las lluvias incesantes, sino también con la modesta aportación de innumerables fuentes que fluyen ocultas.
Claro que sí, Manoli : las fuentes también alivian la sed de los caminantes.
Saludos

 Ya en un comentario anterior había dejado estas - para mí- halagadoras y motivadoras palabras:


Hermoso blog para los que ven además de mirar. Y para que, el cerebro de los que miran pero no ven, descubra el alfabeto y el lenguaje de las matemáticas en las obras humanas y en la expresión de la naturaleza.
Las matemáticas son razón y sentimiento; pero emoción y sentimiento regidos por el cerebro que “manda” en el corazón. Física y metafóricamente.
Saludos
Estos comentarios forman parte de la entrada:

http://blogs.publico.es/ciencias/el-juego-de-la-ciencia/953/turismo-matematico/ 

Y, si cualquier aportación, que hagamos debiera contribuir a esa inteligencia social que puede y debe mejorar el mundo, prevaleciendo el Juego de Suma no Cero, ( Robert Wright)-  frente al más extendido de Suma Cero- y, porque si hablamos de metáforas, me apetece difundir una de las metáforas más desgarradora de la historia: "Strange Fruits" ("Extraños Frutos")





Abel Meeropol (1903-1986), un profesor judío de origen ruso, escribió —bajo el seudónimo Lewis Allan— el poema “Bitter fruit” (Fruta amarga)

Strange Fruits (Extraños Frutos)


Southern trees bear strange fruit,
Blood on the leaves and blood at the root,
Black bodies swinging in the southern breeze,
Strange fruit hanging from the poplar trees.

Pastoral scene of the gallant south,
The bulging eyes and the twisted mouth,
Scent of magnolias, sweet and fresh,
Then the sudden smell of burning flesh.

Here is fruit for the crows to pluck,
For the rain to gather, for the wind to suck,
For the sun to rot, for the trees to drop,
Here is a strange and bitter crop.
Los árboles del sur acogen extraños frutos,
Sangre en la hojas y sangre en las raíces,
Cuerpos negros balanceándose por la brisa sureña,
Extraños frutos cuelgan de los arbóreos álamos.

Escena pastoral del bizarro Sur,
Ojos saltones y bocas chuecas,
Esencia de magnolias, dulce y fresca,
Entonces, el repentino olor de la carne quemada.

Aquí está el fruto que envalentona a las multitudes,
(El fruto) que a la lluvia reúne, que al viento succiona,
(El fruto) que al Sol se pudre, que en los árboles se rocía,
Aquí así es la cosecha amarga.

Esta canción  que se atrevió a cantar  en 1939 Billie Holiday en el Cafe Society, (un club frecuentado por intelectuales progresistas, uno de los primeros lugares fuera de Harlem donde se atendía a blancos y a negros), en la Villa Greenwich, New York, E.U.A.es una  denuncia social de  un acto atroz que se practicaba cotidianamente en los Estados sureños de los E.U.A. desde finales del Siglo XIX hasta los años 60  del Siglo XX: el linchamiento de la gente que no era de piel blanca, (seis de cada diez sureños blancos aprobaban los linchamientos).



"Nunca preguntes por quien doblan las campanas, las campanas doblan por ti".

John Donne (  Meditación XVII ),  escrito en 1624.


Más información acerca de esta  aterradora metáfora , esos frutos que cuelgan de los árboles sureños y cuyas fotografías se vendían como " souvenirs " hasta los años 40:

http://vagabundia.blogspot.com/2007/10/extraos-frutos.html


No dejes de escuchar la versión de Josh White sobre la   que fue calificada  la canción del siglo por la revista “Time” en 1999.

Descubriendo a Emmy Noether de la mano de Eduardo Sáenz de Cabezón.

                Verano, es tiempo de aprender, y para ello hay que leer; empiezo un libro : "El árbol de Emmy. Emmy Noether, la mayor ...